Destino Sicilia, de Laura Formento, se construye sobre la espacialidad: “Del lado de acá” y “Del lado de allá” o viceversa, como en la inolvidable novela Rayuela o en esos magníficos cuentos que son “Cartas de mamá” y “El obro cielo” de Julio Cortázar. De un lado está la Argentina, Buenos Aires, Mar del Plata, del otro lado está Italia, Sicilia, su gente, su mar, Santa Ágata, Grecia, Roma, sus monumentos y palacios. De un lado está el pasado, del otro lado está el presente y el futuro siempre momentáneo, en un devenir temporal donde se entrecruzan los instantes a través de diálogos ágiles que otorgan a esta novela una notable fisonomía teatral, efecto sin duda de la formación en arte escénico (actuación y dramaturgia)de Laura Formento.
El drama familiar (novela familiar, según Freud), se desenvuelve en treinta capítulos desde la voz narrativa en primera persona que corresponde a la narradora-protagonista, Isabella, que va mostrando un entramado de deseos que atañen a los demás personajes: Giovanna, la hermana, Renato, el marido y Matteo, el amor juvenil que ha permanecido “allá”, en Sicilia. Detrás de esa madeja de deseos que se confunden y que se encaminan por lugares a veces insospechados, están los deseos de la madre y la abuela de la protagonista, deseos que evocan, desde luego, el deseo de los padres y abuelos también.
El mundo femenino se configura desde los instantes evocados de la infancia y la juventud, de lo materno y lo fraterno enmarcado en las comidas, los sabores, los olores, los vestidos, los secretos, las cartas, del lado de allá y del lado de acá…
El periplo del héroe, de Odiseo en la búsqueda de la identidad, se torna femenino, y el retorno es la liberación en pos de “el tiempo recuperado”, a la manera de Proust, o sea a través de la escritura. El “destino”, el “Hado”, estaba, está y estará en Sicilia, pero la vida, la opción está en la Argentina. Isabella rompe con el Destino, el Hado, en ese viaje que implica un retorno, un volver de otra manera. La ensoñación, la fantasía, el recuerdo que encubre, son atravesados en un instante que devuelve al sujeto su identidad.
En esa Sicilia, impregnada del mundo griego, mundo cercano a los cíclopes y a las sirenas, una mujer, atraviesa su propio fantasma y los fantasmas de toda una genealogía de mujeres para ser ella misma o para intentar ser ella misma, pues la vida nos empuja, nos lleva, como un río y nos arrastra a orillas o a remansos o al fin que es la mortalidad sin regreso.
Destino Sicilia podría llamarse Hado Sicilia, en el sentido de viaje iniciático, una frase que encierra la peripecia humana, peripecia dicha desde un registro femenino, contemporáneo, por una mujer que no es Penélope, ni Andrómaca, una mujer que puede quitarse el velo y las ligaduras, cercana a Idea, Alfonsina, Juana, Gabriela, Alejandra, Virginia, Marguerite…
La travesía finaliza momentáneamente, la escritura será el medio para navegar por los mares de Odiseo o por las costas de esta América del Sur que acogió a tantos inmigrantes y que se llama Argentina.
Liliana Bellone
Prof. En Letras, Escritora y Crítica Literaria.